Instituto o Universidad donde estudió:
Universidad de Wageningen
Porqué valora su experiencia de haber estudiado en Holanda:
Fue mi primer viaje —largo, lejos—, el primero que hacía sola a un país europeo que contrastaba tanto con el mío. De modo que la importancia de haber estudiado y vivido en Holanda reside, sobre todo, en eso: en los contrastes que fui descubriendo y que cambiaron para siempre la percepción que tenía de mí y de mi entorno. En un territorio —el holandés— que cabía dos veces en la Provincia de Catamarca y donde los espacios eran pequeños y funcionales, yo venía a entender lo inabarcable —y baldía y desierta— que era la Pampa. Entendí eso como aprendí a organizar mi vida alrededor de una secuencia de horarios y compromisos anticipados. Y entonces supe que las cosas —así organizadas— podían ser más fáciles pero también más duras. Y que para un holandés ese modo de vivir era, sobre todo, necesario. Hubo veces que me sentí en las antípodas. Y renegué de los lugares comunes: el frío, la lluvia, la bicicleta —del uso casi obligado de la bicicleta—. Y de tanto renegar y sentirme —como debía sentirme— lejos terminé intuyendo que así era yo. En ese encuentro con el otro, en el reconocimiento de las diferencias está, pues, lo más importante de mi paso por Holanda.
Porqué considera importante formar parte de Acaneb:
Por el vínculo que la asociación permite sostener con gente que tuvo la oportunidad de estudiar en Holanda.
Por la posibilidad que la asociación ofrece de conseguir becas, de participar en encuentros tanto académicos como sociales.